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ZOOR segùn Melchiorre en La Suerte del Poema

(...) No otro impulso que este ánimo (des)identificador es el que lleva a Carlos Eiliff –el de carne y hueso- a distenderse en los sucesivos/ simultáneos nombres que con cada transmutar se (auto)generan, tan reacio a ser enlistado en catálogos o en índices onomásticos es la figura autoral que en este desasirse se esboza -Ana Khab Ra y ná Kar Eiliff-ce, denaKmar naKhabra, NAKHLHAH KHAN, como se consignan atrás en mi bibliografía; o Las señoras del Arco Iris, esos autores/ personajes/ voces de uno de sus últimos libros (2015). En la escritura, quien osa llevar el sino de la primera persona es igual de versátil, igual de errático, igual de trashumante. Así en el reciente Zoor , donde la casi inicial afirmación de “humanidad-no-existe” (2016: 9) ya es anticipo y excusa para un despliegue inusitado de lo que llamamos formación identitaria (cfr. Rodriguez, 2003). Se trata, en muchos de los tramos, de un devenir-animal que en el acontecer suelta origen, esencia y ataduras: De camino a es

Galaxia ZOOR - Entrevista para Indie Hoy, por Augusto Munaro.

Galaxia ZOOR. Con Zoor (Allox Editorial), de naKhlah Khan -tercer volumen de su tríptico poético integrada por Ovnipersia y Boingo-Bong-, el poeta hace que el lenguaje con que está escrito el libro sea y no que señale . Así, el enlace progresivo de imágenes, sonidos y sentidos, permite que las palabras no estén quietas en su molde lexical, potenciándose a través de una ágil combinatoria de elementos dispares. Una propuesta cuyos elementos lógicos-discursivos desarticulan toda forma utilitaria de comunicación para resignificarlos. La poesía comprendida no como portadora de un significado simbólico, sino como experiencia camaleónica. Condensación y el poder de evocación, dos de las cualidades que resaltan en su poesía y que posibilitan una nueva forma de leer que no habíamos pensado hasta ahora. Zoor , entre intimismo y extimidad pura, libro que logra dar una perfecta existencia a algo imposible. Augusto Munaro.    - Zoor , es el tercer volumen de tu hasta ahora trilog

Todo está en los oídos - - - por Alan Ojeda.

¿Es la poesía el arte de la fuga, la transformación y la magia? Imaginemos un plano secuencia: un hombre corre hacia un punto lejano en el horizonte y el terreno está dividido en áreas concéntricas, cada una correspondiente a otras formas de existencia (animal, vegetal y elemental). El hombre, corre, salta, se arrastra, navega en la densidad de ese mundo variado y, al cruzar cada línea, muta, deviene animal, planta, elemental, deviene también materia verbal. Los colores se transforman en verbos, los animales, los sustantivos y los adjetivos también. Todo cuanto acontece es y está siendo. Nada posee una forma fija. Tanto el hombre como su entorno son, antes que nada, procesos. Es por eso que  Zoor  es una aventura para valientes que no teman transformarse y tender puentes hacia la existencia toda. En este poemario el lector se acercará, a tientas, abandonándose a su oído antes que, a la razón y la referencia, a la magia y a sus operaciones primigenias.     El poemario  Zoor  de Nak

Contratapa de ZOOR - - - por Héctor Hernández Montecinos.

Zoor es una centella de esta nueva luz que viene de otro sol (como el de Kephra). Es una cosmografía, un bestiario de las afectaciones y un panteón donde toda animalia es divinidad. En efecto, el intenso y constante acercamiento a la humanidad de la humanidad que es el lenguaje nos hace devenir fuera de ésta: zoom y zoon y en ese recorte abierto es que la distancia de esta poesía con la poesía como la entendemos ejerce un efecto político de proporciones. Es una lucha cuerpo a corpus con lo visible, lo audible, lo palpable. Una lucha, una agonía, donde las cosas dejan de existir, las palabras se convierten en signos y sus imágenes son las primeras inscripciones de un mundo, hasta ahora, imposible. La obra poética completa del actual naKhlah Khan es mucho más que una poética, por paradójico que parezca, es una nueva sensibilidad, e incluso se podría decir, una nueva ciencia literaria, en su sentido menos científico, que sólo se podrá resolver en una cuarta dimensión o lo que es lo mism

Desántropo = Zooide - - - por Juan Salzano.

¡Ábrete Seso! Abrite a la tierra donde la “humanidad-no-existe”. El drama al que estamos invitados es trans-elemental, como en el “Viernes” límbico de Tournier: la briosa des-rotulación de las cosas por desasimiento del pegote humano, ahora (y siempre) humus que incandesce. A naKhlah Khan se le canta desde el inicio: “sé el desántropo”. Es decir: mejor deslizarse artrópodo o cefalópodo en las lonjas del arenario o del mar, la percepción ya alterada por ese tobogán perlado de fuegoides, llama(ra)das- afuera . Esta conversión del paisaje por desantropomorfosis del sensorio implica, no obstante, que el mundo “hace signos” (sí, hay signos no-humanos: “en el mar abstracto bailás con tu signo”), lo que no es decir significantes (signos para el cerebro-alambre), sino sígnicas para el cerebro-hebra que se abre a los bríos naturantes que en el humano (y en contrahechizo) palpitan: guiños, parpadeos al ras, resortes de (un) deus (o “demonio”) invaginado en cada partícula que nos compone y

Azoro, azor, azar. - - - por Roberto Echavarren

  El estremedal, la ensaladilla, ¿de qué está hecha? La urdimbre interno-externa del linguajal, aguajal donde todo es adentro y afuera, en los poros y en los centímetros del escándalo micrométrico de las hormigas, “una mistura de afueradentros en su inmaculada cocinería que pareciera que va a dar aventura, laberinto al ciempiés”. Esa traza de huerto vibra y absorbe “un fruto de la concordancia” porque la lengua está en estado angélico, en estado de producción, idioma angélico de Marina Tsvietáieva hablándole a Rilke: Todos los idiomas se parecen al angélico, aunque suelan quedarse atrás. “El ángel singula en el liberarse de los perfumes, il angelo di la leveza, il angelo di spumafina, il angelo que trepa: angelohm, angelhim, angeluba,” en el arrojo de un parabrisas va y viene tejiendo la urdimbre, el parapeto, donde se enredan las mariquitas de San Antonio y los puntos de luz de una hebra de cabello rojizo, cabellerías, caballerías. No hay dialéct